Nos hacemos eco de una información publicada por la web de información Elvigia.com referente a la Aduana española en la que se señala que los controles que realizan los agentes de aduanas en los puertos de nuestro país son excesivamente meticulosos cuando se trata de mercancía procedente de China. Esto está provocando que muchos operadores desvíen sus paquetes hacia otros países europeos y que sigan rutas de suministro diferentes.
Jacinto Soler, profesor en la Escuela de Estudios de Asia Oriental en la Universidad Pompeu Fabra, apunta que esos otros destinos portuarios son “más rápidos con el despacho aduanero y menos estrictos en las inspecciones”. Este plan que parece ser seguirán las empresas que traigan productos de China a nuestro país no es nuevo, ya que tradicionalmente los puertos del Norte han constituido la alternativa más utilizada en el comercio europeo en la búsqueda de aduanas que generen menos imprevistos.
Uno de los lugares hacia donde más se están derivando estas mercancías es Portugal. Enclaves como Leixoes o Setúbal están sustituyendo a Barcelona o Valencia como receptores de mercancía china, algo que estará dando más trabajo a estos agentes de aduanas que señalan fuentes del sector están relajando los mecanismos de control.
Una vez pasan por la aduana portuguesa, ya toman rumbo a España por carretera o incluso a otros países de la Unión Europea.
En esta nueva operativa, el profesor de la Universitat Pompeu Fabra percibe una evolución en los tráficos hacia Europa. Según sus datos, tradicionalmente los comerciantes afincados en Europa solían optar por una estrategia de país. Así, si se trataba de vender mercancías chinas en España, optaban por un puerto español, si era en Francia por uno francés. Sin embargo, explica que en los últimos años “han proliferado cada vez más las estrategias regionales, de modo que pueden optar por traer toda la mercancía por un solo puerto y luego distribuirla por vía terrestre”. Para Jacinto Soler, en estos momentos, “los aranceles a la importación son hoy día iguales y muy bajos en toda la Unión Europea”, por lo que considera que “la clave para atraer carga reside en la eficiencia de los puertos y con esto está ligado el tema del despacho aduanero” y los agentes de aduanas.
En este punto, son muchos los operadores que critican el endurecimiento de la aduana española porque asumen que perjudicará al tráfico comercial con Asia. “Hemos querido ser los más quijotescos mientras en otros países han optado por ser prácticos”, explican desde Taric.
La diferencia entre aduanas no sólo se produce en la comparativa europea. Un inspector de Aduanas explica, en este sentido, que este desvío de tráficos puede estar produciéndose también en España, ya que asegura que las inspecciones varían en la práctica en función de cada puerto. Según sus datos, un mismo procedimiento de reconocimiento puede durar de dos o cuatro días en función del enclave y una operación como el posicionado de la carga puede variar de 300 a 500 euros.
En su opinión, un puerto como el de Tarragona, que no dispone por el momento de escáner de contenedores puede estar siendo utilizado por exportadores para pasar “cierto tipo de mercancía”, que sería más controlada en Barcelona. “Los más viejos siempre han dicho que cada aduana es un mundo y cada funcionario, una aduana”, explica.
Fuente: www.elvigia.com